La pelvis ósea, se encuentra en la parte inferior del tronco, y la conforman tres huesos:

  1. Ilion, es el hueso más grande y más superior de la pelvis, situado en la parte posterior.
  2. Pubis, el hueso medio de la pelvis, se encuentra en la parte anterior.
  3. Isquion, en el huso inferior de la pelvis y se sitúa en la parte posterior.

Los huesos de la pelvis forman la cavidad para la parte superior del fémur y, junto  el fémur, conforman la articulación de la cadera. La pelvis está unida al cóccix (sacro) mediante ligamentos situados en la base de la columna vertebral. Muchos ligamentos sostienen estos huesos en su lugar. 

La pelvis ósea está formada por los ilíacos y el hueso sacro y se divide en dos partes:

  • Pelvis mayor o parte superior: compuesta por la parte superior del hueso sacro, parte superior de la rama pubiana y fosas ilíacas.
  • Pelvis menor o parte inferior: formada por el resto del hueso sacro y cóccix, cuerpo del pubis y ramas isquiopubianas.

Existen diferencias entre las pelvis en mujeres y hombres.

La pelvis femenina, se encuentra en la región inferior del tronco, que se dividirá en pelvis mayor y menor tal y como se mencionó anteriormente. La pelvis femenina se caracteriza por ser una cavidad que se estrecha hacia su parte inferior y que se encuentra limitada por diversos huesos. Dentro de esta cavidad ósea se encuentra alojado el aparato reproductor femenino.

Los diámetros obstétricos son importantes de cara al embarazo y al parto. 

Pelvis mayor, distancia máxima que hay entre las dos líneas innominadas. En condiciones normales mide 13 cm. Cuando hay disminución de estos diámetros de la pelvis femenina, la mujer presentará incapacidad en la posibilidad de desarrollar partos naturales. Pelvis menor su diámetro transversal une las dos tuberosidades isquiáticas. Su valor mínimo es de 11 cm. Una disminución de los diámetros de la pelvis menor implica que esa mujer tendrá mayor riesgo de daño en la musculatura del suelo pélvico durante el parto.

La pelvis contiene los órganos de distintos sistemas, tanto del sistema urinario (vejiga y uretra), sistema genital o reproductivo (útero, anexos y vagina en la mujer), y sistema digestivo en su extremo más distal (recto y ano). Estas estructuras se apoyan y se anclan en el piso pélvico, una estructura de músculos y tejido conectivo. Su principal componente es el músculo elevador del ano (MEA), un músculo que cubre la mayor parte de la pelvis, formado por tres fascículos y que su forma de “U” o „V“ abierta hacia anterior permite el paso de los extremos distales de los sistemas urinario, genital y digestivo. Además existen otras estructuras de tejido conectivo fibroso que sirven de soporte y suspensión para estas estructuras, como ligamentos, arcos tendinosos, etc.

Diferencias entre la pelvis femenina  y masculina:

  • El borde de la pelvis  tiene forma ovalada y es más grande en las mujeres, mientras que en los hombres adopta una forma de corazón y es más pequeño.
  • La pelvis femenina se encuentra arqueada hacia adelante, y sus huesos son mucho más ligeros y delgados que los de la pelvis de los hombres. Además, la pelvis de los hombres se encuentra rodeada de músculos que son mucho más fuertes y voluminosos que los que rodean la pelvis de la mujer.
  • Los acetábulos (cavidades en donde el fémur se aloja para articularse con el hueso ilion, el isquion y el pubis) es en los hombres mucho más grande que los acetábulos de las mujeres. Además, en los hombres el acetábulo se dirige hacia la vista lateral, a diferencia de la mujer que se orienta hacia anterior.
  • El hueso sacro se encuentra menos curvado hacia adelante en las mujeres que en los hombres y es también más pequeño en las mujeres, pero más ancho.
  • El cóccix es una estructura que facilita el parto en las mujeres, por lo que en ellas es naturalmente muy flexible y se orienta en una posición recta. El cóccix del hombre por el contrario es rígido y se orienta hacia adelante.
  • Los agujeros obturadores toman una forma triangular en las mujeres, mientras que en los hombre es más ovalada, incluso pueden llegar a ser redondos.

El suelo pélvico está formado por un conjunto de músculos estriados que cierran por debajo la pelvis menor y juegan un papel importante en el embarazo, parto y en la incontinencia urinaria. La musculatura del suelo pélvico se organiza en tres planos: profundo, intermedio y superficial.

Entre las funciones de la musculatura del suelo pélvico encontramos el sostén de las vísceras urogenitales en su sitio. El músculo elevador del ano es el que realiza la función de sostén más importante, ya que es el más potente y su contracción mantiene y empuja las vísceras hacia arriba y adelante. Otra acción importante de la musculatura del periné es el refuerzo de los esfínteres uretrales y anales, evitando así la defecación y la micción involuntarias.

En condiciones normales, el esfínter uretral externo está relajado mientras que el interno está en contracción. En el proceso de diuresis la vejiga va aumentando de presión hasta que es superior a la de la uretra y es en ese momento cuando notamos ganas de hacer pis y para ello contraemos el esfínter externo, mientras que el resto de la musculatura del suelo pélvico ayuda a controlar la micción.

Las lesiones más comunes de la pelvis son:

  • Tendinitis del músculo psoas ilíaco: una inflamación del tendón de inserción de este músculo que genera dolor a nivel de la ingle. La tendinitis del psoas ilíaco se produce por desequilibrios musculares y mecánicos y alteraciones viscerales, éstas últimas muy frecuentes en las mujeres.
  • Trocanteritis que es una inflamación de la bursa del trocánter ,es la causa más común del dolor de cadera, ya que se afectan los músculos que se insertan ahí, provocando muchas limitaciones. En concreto, suele haber síntomas en la parte lateral de la pierna que se agravan al subir las escaleras, tumbarse de ese lado o ponerse en movimiento después de haber estado sentado.
  • Distensión inguinal, es un desgarro parcial o una rotura total de uno o más músculos que aductores de  las piernas, son lesiones frecuentes en el hockey y el esquí, así como en deportes como el fútbol americano y las modalidades de atletismo que requieren correr o saltar.
  • Sacroileítis, la inflamación del sacro cursa con bastante dolor en la zona lumbar y glútea. Es más acusado con actividades como subir escaleras, permanecer de pie mucho rato, etc. Los motivos por los que se produce son varios: traumatismo, embarazo, enfermedad degenerativa, entre otros.
  • Pubalgia, lesión muy frecuente en deportistas (sobre todo en futbolistas) que se manifiesta con dolor en el pubis, a nivel de la ingle o de la parte baja del abdomen. Suele haber una descompensación de la musculatura aductora y abdominal, lo que causa el dolor.
  • Fracturas:
    • En los adultos jóvenes, las fracturas graves que afectan a la totalidad de la pelvis pueden ocurrir como consecuencia de accidentes de coche o moto a alta velocidad, de la colisión de un coche y un peatón o de caídas desde cierta altura. Estas fracturas pueden causar una hemorragia potencialmente mortal. 
    • En algunas personas mayores, la osteoporosis debilita los huesos por lo tanto, pueden sufrir una fractura de la pelvis si se caen al salir de la bañera, al bajar una escaleras.
    • En los adolescentes, nos encontramos con las fracturas por avulsión que generalmente ocurren cuando un músculo se contrae súbitamente y arranca un pequeño fragmento óseo del isquion, donde se insertan los músculos isquiotibiales (en la parte inferior de la nalga).

Tras la aparición de una lesión en la pelvis, ya sea traumática o por sobre-esfuerzos, la fisioterapia cobra un papel muy importante para ayudar en la recuperación de la funcionalidad. Trabajando en coordinación con el traumatólogo y junto a otros profesionales, el fisioterapeuta pautará los ejercicios adecuados y los trabajará junto al paciente hasta lograr la incorporación a las actividades previas a la lesión. 

Si has sufrido alguna lesión en la pelvis y quieres que nuestro equipo pueda valorarte, no dudes en ponerte en contacto con nosotros

Linkografía externa

www.elsevier.es/es-revista-revista-medica-clinica-las-condes-202-articulo-anatomia-del-piso-pelvico-S0716864013701482

www.merckmanuals.com/es-us/hogar/traumatismos-y-envenenamientos/fracturas/fracturas-de-la-pelvis

www.fisioterapia-online.com/articulos/anatomia-de-la-pelvis-femenina

fisiolution.com/noticias/lesiones-mas-frecuentes-la-pelvis/

Published On: 21 mayo, 2021 / Categories: Dolores articulares y musculares /

Nuestros pacientes nos valoran

Fisiohogar
4.7
Basado en 32 reseñas.
powered by Google
ana lopez
ana lopez
19:21 16 Dec 21
Hace varios años que atiende a mi hija y cada uno de los profesionales que ha venido la han atendido de lujo, la fisio que la viene a atender ahora la entiende perfectamente y un trato exquisito
Veturia T
Veturia T
19:13 16 Dec 21
Nuestro hijo de 2 años y medio es paciente de Ana, la fisioterapeuta respiratorio. Ana, es muy buena profesional y una persona muy amable, educada y cariñosa. Recomendamos 100%. Gracias Ana y Fisiohogar.
Buenaventura Alonso
Buenaventura Alonso
09:56 09 Nov 20
Soy paciente desde hace...he perdido la cuenta, más de 10 seguro. Cuando un profesional de la salud, alivia el dolor, te aconseja cómo generar un modo más sano de vida y además lo hace con entrega muy muy profesional. El resultado muchos es: años de calidad de vida y relación humana.
Clínica Dental Las Rozas Clínica Dental Las Rozas
Clínica Dental Las Rozas Clínica Dental Las Rozas
09:13 03 Sep 16
Soy paciente desde hace años y estoy encantado por la eficacia, profesionalidad y buen trato.
Ver todas las reseñas
js_loader

Categorías

Fisioterapia neurológica

En Fisiohogar le ofrecemos la rehabilitación a domicilio para pacientes con diferentes patologías neurológicas: ictus, Parkinson, Alzheimer...

Consulte nuestra página dedicada a la fisioterapia neurológica.

Fisioterapia para deportistas

En Fisiohogar ofrecemos un servicio especializado de fisioterapia para deportistas, y también para eventos deportivos.

Suscríbete a nuestro boletín

Te lo enviamos con ofertas y noticias, de manera gratuita, una vez al mes.