El conocido como síndrome de la pedrada es en realidad una rotura del gemelo que el paciente relata siempre de la misma forma, realizó un gesto hacia adelante, más o menos intenso y notó un golpe desde atrás como si alguien le hubiese tirado una piedra.
En el caso de las roturas de gemelo igual que en todas las roturas musculares podemos encontrar diversos grados de gravedad en función del tamaño y de los músculos afectados. tenemos grado I,II y III.
- Grado I: es la comúnmente denominada como microrrotura que afecta a las fibrillas musculares, puede aparecer hematoma debido a la rotura de capilares, y en ciertos casos hay impotencia funcional. suele ser la más habitual.
- Grado II: se denomina rotura parcial, hay un número mayor de afectación de fibras musculares pero no llega a haber afectación total del vientre muscular. Se puede diagnosticar mediante ecografía y palpación, puesto que se aprecia deformidad y un pequeño “salto” en el músculo.
- Grado III: es la rotura total en el vientre muscular, el paciente presenta gran dolor y se puede apreciar el “signo del hachazo”, un surco en el músculo afectado, según la cantidad de fibras dañadas el proceso de rehabilitación se enfocará de una manera u otra.
En función del tamaño de la rotura podremos hacer una estimación del tiempo de recuperación siempre que se sigan las pautas del fisioterapeuta y vayamos respetando los tiempos del propio cuerpo para regenerar las estructuras, realmente lo más importante de este síndrome es aprender cómo prevenirlo.
En otros artículos hemos hablado de como realizar un calentamiento adecuado y en nuestra mini guía para jugadores de padel puedes encontrar algunas pautas concretas.
Las últimas investigaciones nos dicen que la parte más importante del calentamiento es elevar la temperatura del músculo y realizar estiramientos activos que le lleven a un estado óptimo de elongación sin perder su contractilidad.
El tratamiento más habitual y recomendable para esta lesión en el gemelo se dividirá en varias fases:
- En las primeras 48 horas: Básicamente realizaremos Protección del área afectada, reposo, hielo; compresión y elevación.
- En la segunda fase, a partir del 2º día hasta aproximadamente el final de la primera semana: se realizará terapia manual suave para disminuir el edema y favorecer la regeneración de los tejidos, así como tracciones y estiramientos suaves, con el fin de lograr el mismo objetivo.
- En la tercera fase que comprendería la segunda semana, se trabajara el hematoma restante y la cicatriz muscular mediante terapia manual y masoterapia más fuerte (Cyriax) para la reorganización de los tejidos; por otro lado se iniciará el trabajo de tonificación y fortalecimiento, movilizaciones y estiramientos.
Después se realizará un proceso progresivo para retomar las actividades de la vida diaria y la actividad deportiva.
Si nuestro artículo ha llegado tarde y ya has tenido una rotura fibrilar,lo más importante es seguir las pautas de tu fisioterapeuta y si lo que quieres es que vayamos a valorarte, no dudes en contactar con nosotros.

Colegiado nº 10.651
Graduado en Fisioterapia por la Universidad San Pablo CEU