El hombro congelado es un problema bastante común, para cuya recuperación es importante la ayuda fisioterapéutica.
El síndrome del hombro congelado se suele caracterizar por una rigidez en el hombro que va apareciendo de forma lenta pero que va avanzando. El paciente no recuerda haberse dado ningún golpe en esta zona, sin embargo los problemas y dolores van siendo cada vez mayores, cuesta descansar y cuando se trata de levantar el brazo o hacer un giro el dolor se agrava.
Si se presentan estos problemas hay que acudir a un experto cuanto antes para que se determine qué es lo que se tiene. Hay que tener en cuenta que diagnosticar un hombro congelado resulta a veces complicado porque hay muchas patologías o problemas relacionados con el hombro.
Trabajo y constancia
Para la recuperación de un hombro congelado la ayuda fisioterapéutica es muy importante. El proceso suele ser largo y al principio bastante molesto por los dolores. Para conseguir la mejora deseada es fundamental acudir a las sesiones con una actitud positiva. La recuperación llega, pero el trabajo y la constancia son esenciales para alcanzar los resultados.
Dependiendo del estado del hombro el fisioterapeuta te recomendará unos ejercicios u otros. Algunos de los más habituales son:
- Colocarse de pie frente a una pared y apoyar la mano en la pared a la altura de la tripa y, a partir de ahí, ir subiendo la mano por la pared hasta ponerla por encima de la cabeza. Tratar de alcanzar la altura máxima sin que el dolor sea muy intenso.
- Con la ayuda de un palo o un paraguas agarrarlo con las dos manos y realizar movimientos hacia los lados y hacia arriba.
- Tumbado boca arriba con una pequeña pesa en la mano tratar de levantar el brazo y aguantar en la posición más elevada.
Colegiado nº 3.147
Fisioterapeuta y licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte por la Universidad Europea de Madrid.
Vicedecano del Colegio de fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid.