En otras ocasiones ya hemos hablado de la importancia de la FISIOTERAPIA EN EL POST-PARTO, sin embargo hoy nos centrarnos en el postparto tras una cesárea.
La CESÁREA es una intervención quirúrgica, en la que, para extraer al bebé, realizan una incisión en el abdomen (la musculatura abdominal se separa, no se corta) y en el útero.
Hace más de 30 años, expertos mundiales en salud establecieron que la tasa ideal de cesáreas debería rondar el 10-15% de los partos. Desde entonces, por diversos motivos, son cada vez más habituales, tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo. En el último tiempo, muchos profesionales han manifestado su preocupación por este incremento, ya que en muchas ocasiones se realizan sin una necesidad médica.
FISIOTERAPIA POSTPARTO – CESÁREA
De cualquier manera, ya sea por una preferencia de la madre o por una necesidad médica (por peligro para la mamá o el bebé), las cesáreas son unas de las intervenciones más habituales en nuestro sistema sanitario y la fisioterapia puede ayudar para que la recuperación sea mejor y más rápida.
Durante los meses de embarazo, y aunque se vaya a realizar una cesárea programada, es importante la realización de ejercicio específico (pilates o natación para embarazadas, por ejemplo), siempre orientado por profesionales.
Después de un parto mediante cesárea, tras la retirada de los puntos y cuando el médico lo indique, es importante el abordaje de la cicatriz abdominal para evitar su engrosamiento y adherencias. Además de las técnicas manuales de masaje o inducción miofascial para la cicatriz, durante las primeras fases del postparto se comienza con ejercicios de reeducación postural, para evitar, entre otros motivos, la adopción de posturas antiálgicas. A ellos, se van añadiendo progresivamente ejercicios de tonificación e hipopresivos.
Los abdominales “clásicos” o hiperpresivos, están contraindicados los primeros meses, ya que puede agudizar o provocar una diástasis abdominal, ya que el recto del abdomen está debilitado por el embarazo y por la intervención.
Muchas mujeres piensan que, si el parto no es vaginal, no es necesaria la rehabilitación del suelo pélvico, pero durante el embarazo, por diferentes causas (el peso del feto, la compresión de los órganos del aparato genitourinario, la distensión de la musculatura y los ligamentos o los propios cambios de la pelvis), también se debilita. Por ello, la reeducación del suelo pélvico es también muy recomendable, siempre por un fisioterapeuta especializado.
OMS: Declaración sobre Cesáreas http://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/161444/WHO_RHR_15.02_spa.pdf;jsessionid=41B5D0B92B6D65A900F2581E614AC909?sequence=1
Colegiada nº 9517
Graduada en Fisioterapia por la Universidad Complutense de Madrid.