El envejecimiento natural de la espalda
En demasiadas ocasiones, las imágenes que se utilizan para diagnóstico sirven como referencia para encontrar un “culpable” del dolor en la espalda. Se ha escrito ya varias veces sobre la poca correlación entre el dolor y la imagen, ateniéndose a la cantidad de alteraciones como degeneración discal, hipertrofia facetaría o protrusiones discales entre otras, que cursan de forma asintomática en todo tipo de pacientes.
La cuestión está entonces en ¿Cómo se puede saber si los hallazgos son los propios del envejecimiento o si tienen relación con el problema que nos preocupa?
¿hay algún estudio?
Un estudio que revisaba sistemáticamente artículos anteriores llevado a cabo en 2015 (1), analizaba datos recogidos sobre la prevalencia de hallazgos en individuos asintomáticos, seleccionando grupos por décadas de edad. 20, 30, 40 50, 60, 70 y 80 años y posteriormente determinaban la prevalencia estimada para cada una de las edades. Se analizaron un total de 3110 individuos asintomáticos y por ejemplo, la degeneración discal se apreciaba hasta en un 37% de pacientes veinteañeros, y se incrementaba hasta un 96 % en el grupo octogenario. Los abultamientos discales aumentaban desde un 30% a los 20 a un 84% a los 80 y las protusiones desde un 29% en gente de veinte a un 43% en gente de 80.
Esto son sólo algunos de los ejemplos que evidencian que los hallazgos en imagen a medida que avanza la edad deberían de ser menos fiables y por lo tanto, no debemos ser conformistas, hemos de interpretar el contexto de cada paciente en concordancia con su condición clínica.
¿qué conclusiones sacamos?
Debemos concluir por lo tanto que la mayoría de los cambios que se producen en la espalda son proceso normales relacionados con la edad, y no tanto una lesión o proceso patológico.
Se debería por lo tanto, incluir en muchas de las pruebas diagnósticas por imagen como podrían ser las resonancias magnéticas, Rx o los TAC, porcentajes y referencias al paciente para así informarse de casos como el suyo que se presentan de forma asintomática y poder interpretar mejor sus “fotos”
Nosotros como profesionales clínicos deberíamos saber interpretar estas imágenes y descartar todos esos cambios que son esperables, para así concentrarnos en la información que el paciente nos dé y encontrar así el origen de su problema.
Colegiado 9501
Diplomado en Fisioterapia por la Universidad Alfonso X el Sabio