Voy a contaros cómo es mi día a día como fisioterapeuta neurológico a domicilio.
Siempre había tenido claro que quería cursar una carrera sanitaria, es a lo que me impulsaba mi pasión por ayudar a los demás. Como siempre he hecho mucho deporte, pensé en Fisioterapia como una forma de compaginar un trabajo sanitario y deportivo. Sin embargo, como nos ocurre a los universitarios en la mayoría de ocasiones, descubrimos durante nuestra formación que la profesión en la que nos embarcamos es mucho más de lo que nos esperábamos.

Adaptando la marcha en el domicilio
Fisioterapia es mucho más que tratar un esguince de tobillo, una epicondilitis o descargar un cuello agarrotado tras tantas horas de trabajo. Fisioterapia es adentrarse en la vida de tus pacientes, en sus problemas, en su ocio y su trabajo, en el trabajo de los cuidadores, en la gestación de una madre, en la artrosis de un abuelo.
Recuerdo que durante mis inicios como estudiante creía que lo que más me gustaría sería la Fisioterapia deportiva. Me sorprende ahora pensar que quizás es de las áreas de fisioterapia que menos curiosidad me pueden despertar. Descubrí, por ejemplo, mi pasión por la neurología, tan interesante y a la vez tan compleja.
Muchos de mis pacientes han sufrido accidentes cerebrovasculares (también conocidos como ICTUS), padecen enfermedades degenerativas o incluso raras. La rehabilitación de esos casos es muy diferente de lo que la gente suele pensar cuando le hablan “Fisioterapia”. No puedo darles el alta tras un mes o algunas semanas, como ocurre en muchos casos de traumatología. Es un trabajo lento y costoso, donde los resultados muchas veces pueden tardar demasiado en llegar. En numerosas ocasiones mi trabajo no solo consiste en devolver a un brazo o una pierna su movilidad o en recuperar la marcha, sino que también debo mantener la motivación alta, tanto del paciente como de su familia.
Con estos pacientes, trabajar a domicilio tiene numerosas ventajas: en ocasiones, los pacientes agudos no pueden o les cuesta salir de casa. El trabajo fisioterapéutico en las fases más agudas puede es muy beneficioso, pues por ejemplo los primeros seis meses de rehabilitación tras un ictus son vitales de cara a la recuperación. Nosotros nos desplazaremos hasta su domicilio para aprovechar al máximo la fase inicial.
El trabajo a domicilio también ofrece ciertas ventajas muy valiosas. Una de mis favoritas se aplica en el entrenamiento de la marcha. Poder entrenar en el domicilio actividades como subir o bajar escaleras o trabajar el uso de un nuevo producto de apoyo, como puede ser un bastón o una muleta, hace que el día de mañana, cuando no esté el fisioterapeuta al lado del paciente, le resulte mucho más fácil valerse por sí mismo en su propio entorno gracias a que ha trabajado allí previamente.
A pesar de que por norma general los casos neurológicos suelen ser más impactantes, más duros psicológicamente y muchas veces no consigues ver cambios en días, me encanta trabajar como fisioterapeuta neurológica. Vives momentos inolvidables: la primera vez que el paciente consigue andar por sí solo de nuevo, cuando te cuenta que el fin de semana han salido a pasear sin la silla de ruedas, que puede volver a vestirse solo, que es capaz de volver a coger el tenedor para comer por sí mismo, cuando un familiar te comenta que ya no tiene que ayudarle tanto o cuando te sorprenden con un abrazo y una sonrisa de gratitud. Cada gesto y cada momento de esos te dan la energía y la alegría para superar todos los momentos difíciles que puedan surgir el resto de días de trabajo.
Colegiada nº 11177
Diplomada en Fisioterapia y Terapia Ocupacional por la Universidad Alfonso X el Sabio