La artrosis es conocida por los dolores que provoca que pueden llegar a ser continuos y pueden acabar afectando a nuestra vida cotidiana. Esta afección reumática es muy frecuente y en muchos casos tiene su origen en el desgaste o degeneración del cartílago.
Para controlar los dolores que pueden surgir es importante tomar algunas medidas o seguir algunos consejos, como puede ser vigilar el peso (el sobrepeso agrava el dolor) o realizar ejercicios moderados.
Para controlar el dolor de las artrosis hay diferentes ejercicios y masajes que pueden mejorar de manera notable nuestro estado. La artrosis se localiza principalmente en manos rodilla, cadera y columna vertebral. Dependiendo de la parte que más nos duela el grueso del trabajo fisioterapéutico se centrará en esa zona.
A veces, para calmar el dolor basta simplemente con hacer reposo. Relajando los músculos se destensiona la zona y la presión y dolor van desapareciendo. Sin embargo, en pacientes que padecen la artrosis desde hace más tiempo, años incluso, los problemas de mayores dolores están relacionados con los periodos de inactividad. Es decir, cuando se permanece sentado mucho tiempo o por la noche. Ahí los músculos y las articulaciones han permanecido mucho tiempo quietos y están, digamos, agarrotados y duelen más. Por el contrario, cuando están en movimiento es como si estuvieran engrasados y no duelen o duelen menos.
Las terapias de control de dolor suelen combinar sesiones de masajes y tablas de ejercicios. Los masajes resultan en la mayoría de los casos muy efectivos. Hay que tener en cuenta que la zona está dolorida, entumecida y la fricción y presión de las manos puede resultar molesta, el fisioterapeuta siempre adaptará la técnica del tratamiento para evitar dañar la zona y lograr poco a poco relajar la zona que presenta una mayor tensión muscular. El masaje no suele ser la técnica de elección en estos casos porque el alivio que provoca es temporal y lo importante es que el paciente tenga una actitud activa durante su tratamiento y realice los ejercicios aconsejados.
Unidos a estos masajes se realizan también ejercicios. Muchos de estos ejercicios son movilizaciones pasivas que nos ayudan a mover las manos, caderas o rodillas; haciendo movimientos que, a veces nosotros no hacemos por sentir dolor. Esos sí estos ejercicios deben realizarse sin forzar el cuerpo, sin llegar al dolor para no causar un problema mayor. Una vez logramos movilizar estas zonas lo más importante es que los pacientes vayan realizando los ejercicios de forma activa.
Colegiado nº 3.147
Fisioterapeuta y licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte por la Universidad Europea de Madrid.
Vicedecano del Colegio de fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid.