Hace muchos años que trabajo realizando fisioterapia a domicilio y de tanto en tanto surge la discusión con algunos grupos de fisioterapeutas sobre la conveniencia o no de realizar nuestro trabajo a domicilio. En este artículo me gustaría reflejar algunas de mis experiencias y contaros porque me gusta tanto esta forma de realizar mi trabajo como fisioterapeuta.
Es difícil hacer una enumeración de las razones por las que me gusta nuestra forma de trabajar, pero lo intentaré.
- Logramos un conocimiento del paciente y de sus circunstancias mucho mayor que
con el tratamiento en la clínica. Al conocer su entorno y ver las barreras con las que se enfrenta cada día, podemos personalizar el tratamiento.
- Podemos realizar un tratamiento utilizando el entorno de forma más funcional y con efectos aplicables directamente en el día a día del paciente.
- En el caso de tratamientos con personas mayores acabamos siendo uno más de la familia y un nexo de unión inter-generacional que les motiva con el simple echo de tener la obligación de trabajar durante la sesión
- El trabajo a domicilio te permite tener un tiempo entre paciente y paciente que en clínica suele ser inviable.
En mi caso el trabajo de fisioterapia a domicilio me ha permitido conocer pacientes de todo tipo, de todas las clases sociales y con unas circunstancias vitales totalmente diversas. Esto me ha obligado a mejorar como fisioterapeuta y a comunicar cada vez mejor transmitiendo los consejos de forma comprensible y aplicable para todos ellos.
Las desventajas del trabajo como fisioterapeuta a domicilio que se me ocurren en este momento no son muchas, más allá de las evidentes:
- El mal tiempo
- los atascos
- las casas sin ascensor
- la falta de espacio en algunos domicilios
- la falta de algunos equipos.
Todo esto se compensa fácilmente con un poco de imaginación y utilizando medios portátiles cuando es imprescindible la utilización de aparataje para tratar al paciente.
En estas conversaciones con los compañeros algunos alegan que los servicios a domicilio deberían limitarse a atender a pacientes que no puedan desplazarse hasta una clínica, otros dicen que supone una competencia desleal por no tener que mantener una clínica y otros simplemente dicen que no se puede dar el mismo servicio de fisioterapia a domicilio o en la clínica.
No se si este artículo puede servir para generar un debate sobre la idoneidad de atender a los pacientes en su entorno, lo que si tengo muy claro es que a mi personalmente me encanta y pretendo seguir atendiendo a mis pacientes en la comodidad de su hogar durante muchos años siempre y cuando sigan abriendo sus puertas con la misma ilusión y ganas de trabajar en su recuperación que tengo yo cada vez que voy a visitarles.
Colegiado nº 3.147
Fisioterapeuta y licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte por la Universidad Europea de Madrid.
Vicedecano del Colegio de fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid.