Aunque afortunadamente cada vez más conocemos en profundidad al Parkinson, las personas que descubren que lo padecen e incluso sus familiares y amigos al saber esa mala noticia se topan con numerosos prejuicios. En concreto, se enfrentan a la enfermedad con una serie de mentiras que tienen en su cabeza y que creen que son verdad cuando no es así.

Por eso, para poder hacerle frente a la patología de la mejor manera posible, con las ideas claras y sin obstáculos, lo mejor es conocer qué aspectos que creen sobre la misma son absolutas falsedades. A continuación, una muestra:

Es una enfermedad hereditaria

El Parkinson no es hereditario

El Parkinson no es hereditario

Una de las cuestiones que un elevado porcentaje de la población cree respecto al Parkinson es que el mismo es una enfermedad de carácter hereditario. Pero no es así, eso es mentira.

Los estudios realizados al respecto sobre la mencionada patología no han podido demostrar en ningún momento que la misma sea heredada. Así, sólo un 10% o un 15% de las personas que la padecen tienen algún familiar, lejano o cercano, que también la haya sufrido, como así ha expuesto en múltiples ocasiones la Fundación Española de Enfermedades Neurológicas (FEEN).

Hasta nuestros días los investigadores que han analizado a fondo el Parkinson lo que sí han podido averiguar es que tiene lugar como consecuencia de una degeneración de lo que son las células de los ganglios basales, que se traduce en una alteración de lo que es la dopamina, el neurotransmisor que se encarga de transportar información entre varios grupos de neuronas, y de distintas conexiones motoras y nerviosas del organismo. Lo que no se ha podido descubrir, hasta ahora, es porque tiene lugar la mencionada degeneración.

No limita la realización de tareas cotidianas

El Parkinson merma el día a día

El Parkinson merma el día a día

Otras de las creencias falsas que existen en torno a la enfermedad neurodegenerativa que nos ocupa es que la misma no altera para nada el ritmo de vida de la persona que la tiene, es decir, se cree que esta puede continuar con su día a día como si nada. Pero es mentira y hay que tenerlo muy en cuenta a la hora de poder hacerle frente a ella en las propias carnes o cuando hay algún familiar que acaba de ser diagnosticado.

Se calcula que en torno al 80% de los pacientes con esta patología ven reducida y limitada, en mayor o menor medida, su vida. Y es que cuentan con una larga lista de síntomas que se convierten en serios obstáculos para normalizar la situación. En concreto, tienen que soportar no sólo los identificativos temblores en las extremidades sino también problemas en lo que su capacidad de coordinación, un menor equilibrio y, como consecuencia, cierta facilidad para sufrir caídas…

Pero aún hay más. También hay que tener en cuenta que quienes la tienen pueden padecer rigidez muscular, una notable lentitud en los movimientos, problemas de incontinencia o estreñimiento, dificultades para masticar y cuadros depresivos.

Por todos estos factores, está claro que es una falsedad afirmar que los enfermos de Parkinson pueden llevar a cabo su día a día con absoluta normalidad. No obstante, eso no significa que no tengan instrumentos en su mano para intentar hacerle frente a la patología y para trabajar de manera constante para intentar gozar de la mayor calidad de vida posible. Sin olvidar, por supuesto, que necesitarán la ayuda de profesionales sanitarios especializados en ese trastorno neurodegenerativo y de sus seres queridos.

Sólo se puede hacer frente con fármacos

Fisiohogar, gran ayuda para los enfermos de Parkinson

Fisiohogar, gran ayuda para los enfermos de Parkinson

Al igual que en los casos anteriores, la frase del enunciado es totalmente falsa. Los pacientes que sufren Parkinson es cierto que sustentan en gran medida su tratamiento en la farmacología, como puede ser la levodopa. Y es que esta y otras propuestas similares son las que logran que, aunque la enfermedad no se puede curar, al menos se puedan reducir los síntomas lo máximo posible y conseguir que tengan autonomía el máximo tiempo.

No obstante, hay que ser conscientes que para hacerle frente a esta patología también existen otras herramientas realmente útiles, tales como estas:

-La fisioterapia. Hay centros especializados en esta disciplina, como sería el caso de Fisiohogar, donde se ofrece a los enfermos de Parkinson la posibilidad de llevar a cabo ejercicios que les van a ayudar a mejorar su equilibrio y coordinación, a aumentar la tonificación de su cuerpo, a prevenir problemas a la hora de tragar, a conseguir una mayor rapidez en los movimientos…

-La hidroterapia, que consiste en realizar determinadas actividades físicas teniendo como escenario el agua. En piscinas, fundamentalmente es donde se realizan las mismas que les ayuda a relajarse, a mejorar la coordinación de sus miembros, relajar el tono muscular, aumentar la capacidad de marcha…

-La atención psicológica también es fundamental para las personas que nos ocupan, ya que les sirve para asimilar la enfermedad que sufren, para evitar caer en cuadros de depresión o bien para curarla e incluso para adoptar una actitud más positiva y enérgica a la hora de hacerle frente.

Estas son algunas de las opciones más útiles y eficaces para los enfermos de Parkinson, pero la lista es amplísima. Así, en esta también se pueden incluir desde el Taichí hasta la musicoterapia pasando por la masoterapia, la logopedia o la acupuntura, por ejemplo. Todas, en mayor o menor medida, contribuyen a intentar mantener la calidad de vida de los pacientes en las cotas más altas posibles.

Produce envejecimiento prematuro

El Parkinson no envejece prematuramente

El Parkinson no envejece prematuramente

El conjunto de síntomas que se asocian a esta patología hace que se tenga la idea clara de que produce envejecimiento prematuro, pero no es así, esto que se cree es falso.

Lo primero que hay que saber es que, por regla general, suele aparecer en personas de 60 años en adelante, por lo que ya tienen una edad. Y lo segundo es que hay que quitar ese prejuicio de que, como pueden llegar a comportarse como personas de más avanzada edad, es porque envejecen rápidamente.

Si son más lentos en los movimientos, si tienen problemas de coordinación, si su capacidad de equilibrio no es la que era antes o si les cuesta notablemente marchar no es porque hayan envejecido repentinamente sino porque todo eso es consecuencia de la enfermedad, son los síntomas que van asociados a la misma.

En esa misma línea está la creencia también falsa de que pierden capacidad de audición, de que sus oídos “envejecen”, pero no es eso lo que sucede. En concreto, lo que pasa es simplemente que las personas van a tener problemas para contestar rápidamente y eso hace creer que se han hecho sordas y viejas de golpe.

Estos son, a grandes rasgos, los más importantes bulos que hay que conseguir eliminar respecto al Parkinson. Pero no son los únicos, ya que también se cree, erróneamente, que es una patología de tipo mortal, que menoscaba la inteligencia de quien la sufre o que llega incluso a generar demencia. Nada de esto es cierto y es importante saberlo, en pro de poder hacerle frente si a uno mismo o a alguien de la familia se le acaba diagnosticando. Sólo conociendo la verdad se podrá luchar contra ella de la mejor manera posible y consiguiendo los resultados más óptimos.

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