Caso de éxito en el tratamiento de la hemiplejia

 

Hace casi 20 años que me dió el infarto que me dejó paralizado todo el lado derecho de mi cuerpo.  En aquellos años, las cosas no eran igual que hoy; a mi nadie me dijo nada sobre la Fisioterapia neurológica.  Recuerdo que venían unas enfermeras a movilizarme, pero el caso es que lamentablemente nunca tuve el tratamiento que debería haber tenido.

Hace como  años que me hablaron de la Fisioterapia a domicilio.  El tratamiento a domicilio era fundamental tendiendo en cuenta que utilizo de forma habitual la silla de ruedas y no puedo desplazarme con facilidad.

El primer día que vino el Fisio me dijo directamente que había que hablar sobre que es lo que queríamos conseguir con el tratamiento.  Obviamente le dije que quería conseguir todo pero me lo dejo claro;  ya era demasiado tarde para esperar grandes mejoras.  Me explicó que el tratamiento neurológico era eficaz los primeros 6-9 meses.  Me quedé bastante desilusionado, pero entonces me explicó que aunque la movilidad iba a ser casi imposible, la Fisioterapia podía mejorar mi calidad de vida igualmente.

Le hice un listado de todas las cosas que me molestaban.  Le comenté que me dolían todos los músculos, que no podía estirar bien el codo y la rodilla;  que me dolía bastante el hombro derecho, que me sentía como un palo, muy rígido y que eso normalmente no me dejaba respirar bien.  Tambien le comenté que cualquier constipado de nada se me complicaba en bronquitis y por lo menos una vez al año en neumonías.  Me dijo que todo eso se podía mejorar con la Fisioterapia; que tenía que ser un tratamiento a largo plazo pensado en mejorar mi calidad de vida.

El Fisio viene a verme un día por semana y se queda casi una hora.  Hacemos siempre una tabla de estiramientos globales.  Me estira desde el tronco que normalmente lo tengo muy rígido hasta los dedos de las manos y de los pies.  En ese momento reconozco que lo paso regular, pero luego noto mucho alivio y por lo menos me dura hasta la siguiente semana.  También noto que me alivia mucho el hombro con las movilizaciones que me hace de la escápula.  Los estiramientos alivian la rigidez que noto en los músculos, pero estoy convencido que los masajes también me ayudan mucho, especialmente en la zona de los muslos y el gemelo.  Cuando estoy constipado, el tratamiento cambia y de hecho no viene mi Fisio habitual, sino otro compañero experto en Fisioterapia respiratoria.  Me ayuda a expulsar flemas, hacemos ejercicios de pulmones, me ayuda a toser de una forma más eficaz y gracias a eso, llevo ya un tiempo sin complicaciones respiratorias.

De lo que más contento estoy en todos este tiempo con mi Fisio es que he recuperado bastante el equilibrio.  Por lo menos puedo sentarme sin que me tengan que sujetar.  Aunque en su día, el Fisio no me dio muchas expectaciones, estoy seguro que esa mejora es gracias a los ejercicios que llevamos haciendo durante todo este tiempo.

Lamentablemente he conocido la Fisioterapia neurologica demasiado tarde.  Hoy en día en la Asociación, recomiendo a todos para que hagan su rehabilitación para que no terminen como yo.  Aún así, mejor tarde que nunca.  Se que tendré limitaciones para el resto de mi vida, pero eso ya lo he aceptado.  Ahora me importa mucho estar más comodo conmigo mismo.  Desde luego, mi Fisio me ayuda en eso.  Como digo yo, el Fisio, agua bendita.

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