Nos levantamos con un día soleado visitando a «Maite» en el barrio bilbaíno de Santutxu, en la que será su cuarta y última sesión para tratarse una trocanteritis aguda que acompañado de dolor lumbar le ha impedido realizar una actividad normal en su día a día. La paciente ha quedado muy satisfecha con nuestros servicios y contará con nosotros en un futuro.

Tras dejar esta sesión con buen sabor de boca nos dirigimos a Leioa, para iniciar un nuevo tratamiento con «María», que nos llamó ayer aquejada de dolor y tensión cervical que le ha provocado ciertos mareos. La sesión ha ido bien, hemos conseguido reducir los síntomas y pautamos otra sesión esta misma semana para consolidar los buenos resultados obtenidos en esta primera sesión.

Para finalizar los tratamientos de la mañana nos desplazamos hasta Santurtzi, para continuar con el tratamiento a largo plazo de «Ángela», que poco a poco va ganando fuerza y autonomía gracias a su esfuerzo y nuestra ayuda. Estamos en proceso de abandonar la fase de encamamiento, pasa varias horas al día en silla y durante las sesiones ya es capaz de bipedestar y realizar los ejercicios de potenciación con más eficacia.

 

Tras la pausa de rigor para comer continuamos en Santurtzi, esta vez para acudir a una de las residencias de la tercera edad a la que acudimos regularmente para realizar tareas de prevención, mantenimiento y rehabilitación en personas ingresadas en la residencia. El trabajo en las residencias es muy variado y depende de la condición física de los residentes. Nuestro trabajo cómo fisioterapeutas consiste en adaptar los ejercicios a cada paciente en función de sus capacidades funcionales, lo que resulta muy motivante y es todo un reto cuando la limitación de los pacientes es grande. 

Tras el trabajo en la residencia, llegamos a las seis de la tarde al hospital de Gorliz, donde se encuentra «Dolores», que tras sufrir un ictus lleva un mes ingresada y a pesar de recibir rehabilitación en el propio hospital ha querido contar con nosotros para reforzar su tratamiento y acelerar su recuperación. En este caso acabamos de empezar y como paciente neurológico, se trata de un tratamiento de larga duración, donde el trabajo paciente-fisioterapeuta ha de ser regular y constante con el objetivo de recuperar el máximo de las capacidades físicas perdidas a causa del ictus.

La jornada no se acaba aquí, al llegar a casa toca completar los historiales de cada visita ya que el ritmo de trabajo no nos permite hacer un resumen completo al salir de cada paciente y solo podemos tomar algunas notas que acabamos de transcribir una vez llegamos a nuestra casa.

Este es un día cualquiera en nuestra actividad de fisioterapia a domicilio recorriendo Bilbao y sus alrededores. Si quieres que algún día incluyamos tu casa en la ruta, no dudes en contactar con nosotros.