Una prótesis es un implante artificial que se coloca en el lugar de una estructura dañada y suple la función de dicha estructura, permitiendo la movilidad de la articulación y eliminando el dolor. Las prótesis de rodilla son, actualmente, las que más frecuentemente se utilizan.

Existen dos tipos generales de prótesis de rodilla, la sustitución total de la articulación de la rodilla y las prótesis monocompartimentales que son las que sustituyen alguna parte de la superficie articular y se conservan las estructuras biológicas del paciente.

La indicación más frecuente del implante de una prótesis de rodilla es la artrosis de rodilla o gonartrosis. Sin embargo, ciertas fracturas en las que hay un gran daño del hueso subcondral, al igual que ciertos tumores óseos articulares, también se tratan con un implante protésico.

Los principales objetivos de su uso son la disminución del dolor y el aumento de la movilidad articular, mientras que los inconvenientes son la durabilidad del material frente al desgaste y las posibles secuelas o complicaciones, tales como infecciones o adherencias de las estructuras periprotésicas. Por ello, deben utilizarse sólo cuando sea estrictamente necesario. Se recomienda este tipo de implante para personas de edad avanzada, más de 60 años, puesto que la prótesis tiene una vida limitada (entre unos 10 y 15 años) y en personas más jóvenes su durabilidad se vería más reducida debido al exceso de roce por una actividad más intensa.

Actualmente, recomendamos el apoyo de la pierna (bipedestación) a partir de las primeras 24 horas tras la cirugía. Superadas las 48 horas ya se debería realizar ejercicios simples como caminar despacio con  dos muletas y subir/ bajar algún escalón. Es de obligado cumplimiento realizar crioterapia siempre tras la actividad de la rodilla así como después de la sesión de fisioterapia.

Para lograrlo, el paciente debe trabajar diariamente con el/la fisioterapeuta y realizar los ejercicios prescritos por él/ella durante el resto del día.

Sería muy interesante que el paciente consulte a su fisioterapeuta  para la realización de un plan de ejercicios y trabajo preparatorio prequirúrgico pues en la mesa de quirófano se pierde en torno a un 50-70% de masa muscular durante la intervención.

El trabajo muscular en piscina es muy interesante ya que no existe impacto sobre la articulación, pero no se debe realizar hasta que la cicatriz no se haya cerrado por completo para evitar infecciones.

 

Published On: 20 junio, 2018 / Categories: Fisiohogar /