El tobillo es la estructura que soporta el peso de todo nuestro cuerpo mientras caminamos, saltamos o corremos. Su cartílago (hialino) sufre considerables fuerzas de compresión, por lo que se trata de una articulación mortaja para guardar la estabilidad y la eficiencia en su biomecánica. Es por ello que se le denomina también la mortaja tibioperonea astragalina.

El esguince de tobillo

Aun así, a pesar de ello, el tobillo, es una las articulaciones del cuerpo que más lesiones padece. El esguince de tobillo es una de las afecciones más frecuentes, con un 79-80% de ellas. A pesar de que se relaciona esta lesión con la práctica deportiva, también puede ocurrir, en situaciones cotidianas por debilidad muscular o por el uso de un mal calzado.

Tomaremos como referencia el esguince de tobillo más común, que es el esguince del ligamento lateral externo. Cuando esto ocurre, no solo queda afectada  la estructura ligamentosa sino que también, todo lo que está íntimamente unida a ella. Ya hemos oído hablar de que en el cuerpo todo está relacionado entre sí. De manera que, cuando padecemos un esguince, ¿Qué ocurre en el resto del cuerpo?  

En otros artículos nos han explicado que ocurre en el propio tobillo entre otras cosas:

  1. Debilidad muscular de los músculos  peroneos.
  2. Falta de equilibrio y propiocepción.
  3. Lesión estructural acompañada de una lenta conducción nerviosa de tipo neurodinámico.

Desde un punto de vista Biomecánico ¿Qué consecuencias sufre la rodilla, cadera… etc?

El astrágalo, en relación al talón (hueso calcáneo) se desplaza hacia el interior, es decir en rotación interna, de manera que se produce un esguince de los ligamentos tibioperoneos inferiores. Este desplazamiento obliga al escafoides, a desplazarse hacia el suelo y a su vez éste arrastra al escafoides (que forman juntos el arco del pie). Así pues, el arco del pie se encuentra “relativamente” hundido.

Por otro lado, en condiciones normales el peroné se mueve armoniosamente de forma global hacia delante o hacia atrás, como si de una biela se tratara. Ahora en cambio, por la tracción del ligamento externo y la contractura defensiva, se puede quedar bloqueado limitando la movilidad de la articulación. 

En algunos casos en los que se produzca una contractura defensiva muy fuerte y el paciente modifique su forma de caminar para protegerse del dolor en el apoyo, podemos encontrarnos con molestias en estructuras cada vez más lejanas del tobillo y por ello es fundamental tratarlo cuanto antes y recuperar la marcha de forma adecuada.

Teniendo en cuenta el daño que se produce en el ligamento, el edema y la contractura muscular en la zona, es importante comenzar el tratamiento de forma precoz, disminuyendo el edema, movilizando la zona sin dolor y comenzando con ejercicios de carga adaptados al daño del ligamento. En este artículo nuestro colega Jorge Rodríguez nos habla de las fases de recuperación del esguince de tobillo agudo.

Es importante movilizar la articulación precozmente siempre que no haya una fisura y poner en marcha los mecanismos de regeneración del ligamento. De manera que siempre hemos de acudir a nuestro fisioterapeuta para tratarnos un esguince por simple que sea ya que mejoraremos los tiempos de recuperación. ¡Trabajemos juntos!

Published On: 2 junio, 2017 / Categories: fisioterapia deportiva /