LOS MOCOS: UNA BARRERA DE DEFENSA DEL ORGANISMO

En la nariz y en las vías respiratorias la mucosidad es un mecanismo de defensa a la entrada de bacterias, virus u otras partículas como el polvo o el polen. El aumento de la producción de moco es un síntoma de enfermedades comunes como el catarro.

FISIOTERAPIA RESPIRATORIA EN BEBÉS

Cuando la mucosidad es muy abundante es necesario expulsarla ya que puede interferir en la respiración normal y provocar tos, problemas en el sistema auditivo (las temidas otitis), incluso vómitos. Los adultos somos capaces de expulsar los mocos y las flemas pero los bebés no lo pueden hacer por sí solos, es aquí donde la FISIOTERAPIA RESPIRATORIA puede ayudar.

Mediante técnicas especializadas los fisioterapeutas somos capaces de ayudar a los bebés a que expulsen las secreciones, sin necesidad de técnicas más invasivas como la aspiración.

En la fisioterapia respiratoria existen diferentes técnicas que favorecen el drenaje de secreciones. El empleo de cada una de ellas se valora en la exploración física, teniendo en cuenta la patología, los síntomas y la edad del niño.

Algunas de ellas son:

  • La espiración lenta prolongada, con esta técnica el fisioterapeuta consigue aumentar la velocidad del aire durante la espiración para favorecer la movilidad y la expulsión del moco.
  • La tos provocada, en ella el fisioterapeuta estimula receptores en la escotadura esternal al final de la inspiración o en el inicio de la espiración para provocar el  ascenso de la mucosidad en las vías respiratorias.

¿QUÉ PODEMOS HACER EN CASA?

Además del tratamiento farmacológico (si el médico lo considera necesario) y el fisioterápico en casa también se pueden tomar ciertas medidas que ayudarán a eliminar la mucosidad. Entre ellas debemos destacar la hidratación, es muy importante que el niño esté muy bien hidratado ya que esto fluidifica el moco y facilita su expulsión. También es aconsejable elevar ligeramente el cabecero de la cuna con el fin de que respire mejor durante la noche y pueda descansar.