Cuando una persona sufre una lesión y se encuentra en una fase en la que probablemente el dolor está presente con cierta intensidad, va a asociar ese dolor al daño causado y es probable que sienta temor ante cualquier movimiento o acción que le cause más dolor. En estos casos se supone que el dolor lo que está indicando es que se deje esa zona en total reposo, sin embargo el reposo en la evolución de todas las lesiones no siempre es aconsejable.
Sucede así en el caso de los esguinces de tobillo, que requieren siempre una valoración inicial para saber si es necesario escayolar, o no. Si no resulta necesario, entonces se aplicará un vendaje funcional para limitar el movimiento, pero permitiendo cualquier otro movimiento. De hecho, aunque en los primeros dos o tres días se guarde reposo, a partir de ese momento hay que comenzar con los ejercicios para una correcta recuperación. El reposo a partir de esa fase está desaconsejado.
Por lo tanto, no hay que temer de ninguna manera al fisioterapeuta, pues no le va a causar dolor, sino que procurará que los riesgos de cualquier lesión añadida se minimicen, y le orientará para realizar ejercicios apropiados en cada momento. Causar dolor no es un objetivo de la fisioterapia sino favorecer una correcta y más rápida recuperación.
Cuando se aborda la rehabilitación de las lesiones de tejidos blandos se utiliza como guía el acrónimo PEACE and LOVE. De entrada lo más alejado imaginable de una terapia en la que se busque causar dolor.
Su significado es P (proteger) E (elevar) A (evitar antiinflamatorios) C (compresión) E (educar) / L (carga) O (optimismo) V (vascularización) E (ejercicio)