Los pacientes que se enfrentan a enfermedades neurológicas, que en ocasiones no tienen una curación posible, y que son conscientes de que la pérdida de la salud es inevitable, puede ser el caso de quienes padecen Parkinson o Alzheimer, necesitan más que otros de la asistencia de terapeutas que consigan un cambio de actitud que, por lo general suele ser en estas personas bastante negativa por las malas perspectivas, así que lo que se pretende es ese cambio que logre mejorar su calidad de vida.
Ahí es donde la fisioterapia tiene mucho que ofrecer, pues con los avances que logren hacer más lento el avance de la enfermedad y, en algunos casos, como en las hemiplejias, se pueda producir una recuperación notable.
En todos estos enfermos, en nuestra primera sesión, dedicamos tiempo para hacer una evaluación de su estado, para así proponerles los que consideramos tratamientos más acertados en cada caso.