Todos tenemos claro que hay que hacer antes de comenzar a entrenar, nuestro ejercicio diario o actividad física en general, pero quizá no tenemos en cuenta los protocolos a seguir cuando estamos dando por acabada la sesión.
Una de las partes que muchas veces olvidamos tras la realización de una actividad física es la de la vuelta a la calma. Ya sea por desconocimiento, despiste o falta de tiempo.

Pero es necesario saber de su importancia; ya que es tan fundamental como el calentamiento previo de cara a la prevención de lesiones y sobre todo para favorecer una mejor recuperación que nos facilitará el próximo día de ejercicio. Ya que la musculatura cuando está en activo aumentará progresivamente su temperatura, de manera directamente proporcional a la intensidad del ejercicio. Pudiendo llegar a elevarse entre 15 o 20 veces por encima de su estado de reposo. Esto es entre otras cosas debido a los procesos químicos metabólicos que se dan para la obtención de energía y al aumento de la circulación sanguínea intramuscular. Hay que tener en cuenta también tanto para el calentamiento como para la vuelta a la calma la temperatura externa en el ambiente en el que se está realizando el ejercicio, ya que influirá en la manera en la que fluctúa nuestra temperatura muscular.

El objetivo principal será devolver al cuerpo en su conjunto en estado similar al previo al comienzo.

Consistirá en una disminución progresiva de la actividad, por ejemplo, si hemos estado corriendo iremos bajando el ritmo de carrera hasta terminar caminando durante unos minutos para ir reduciendo temperatura corporal, pulsaciones cardiacas, frecuencia respiratoria y permitir que la musculatura implicada vaya recuperando un tono normal. Durante un ejercicio intenso se producen pequeños daños a nivel de fibras musculares, tendones y ligamentos y no es nada saludable pasar de un estado de reposo a una actividad repentina y viceversa, y no olvidemos que el principal objetivo del deporte, excluyendo el profesional, es la salud.
También esto nos permitirá la “limpieza” de las sustancias de desecho que se originan durante este tiempo. De esta manera ayudaremos a que las “agujetas” o su nombre técnico DOMS  no se produzcan con tanta intensidad y no tengamos los días siguientes esa desagradable sensación.

A modo de resumen vamos a estructurarlo en tres partes:

  • Disminución progresiva del ritmo.
  • Recuperación frecuencia cardiaca y respiratoria.
  • Movilización articular y estiramiento.

Recuerda tonificar adecuadamente y cuando termines tu sesión realizar una buena vuelta a la calma.