La fisioterapia respiratoria especializada en bebés tiene por objetivo mejorar las condiciones respiratorias de los pequeños, ayudándoles a adquirir pequeños hábitos que faciliten la respiración y evitar así complicaciones o infecciones. Por otro lado, la fisioterapia respiratoria infantil contribuye a eliminar problemas y mitigar sus efectos.

Los fisioterapeutas que trabajan con niños ayudan a liberar las vías aéreas superiores (VAS), de este modo se evitan, por ejemplo, trastornos del sueño provocados por las dificultades para respirar, problemas alimenticios o la aparición de infecciones de distinta índole.

El trabajo del fisioterapeuta necesita, en el caso de los niños, una estrecha colaboración con los padres. El terapeuta realiza con el niño unos ejercicios y movimientos, pero hay que repetirlos con frecuencia, por ejemplo antes de comer y de dormir. Por tanto, los padres y/o cuidadores deben aprender cómo hacer los ejercicios.

En el caso de los movimientos para liberar las vías respiratorias antes de comer se tienen que realizar por lo menos dos horas antes de la comida, para que el bebé esté tranquilo, relajado y no se le provoquen vómitos.

Algunos de los ejercicios que se suelen realizar son los siguientes:

  • Desobstrucción rinofaríngea. Esta maniobra de inspiración forzada limpia las secreciones rinofaríngeas. Se realiza aprovechando el reflejo de la inspiración que sigue a una espiración forzada, tos producida o llanto. Se presiona la boca del niño para que se cierre elevando la mandíbula y forzando al niño a una inspiración forzada por la nariz.
  • Bombeo traqueal espiratorio. Se coloca al bebé boca arriba mirando hacia el techo. Con este ejercicio lo que se pretende es arrastrar las secreciones ejerciendo una presión con el pulgar a lo largo de la tráquea. El masaje siempre es suave como un masaje que no causa dolor al niño. Este ejercicio debe realizarse unas diez veces y se puede completar con tos provocada que contribuye a limpiar y expulsar secreciones.