La rotura de menisco es una lesión bastante común de la que el paciente se puede recuperar bien. Pero conseguirlo depende en gran medida de seguir un buen programa fisioterapéutico y de la colaboración e implicación del paciente.

Dentro de las lesiones de menisco existen distintos tipos de rotura. Dependiendo de cada una de ella la técnica de actuación varía. En la mayoría de los casos hay que recurrir a la cirugía y después a un programa de rehabilitación.

En los casos de una lesión parcial de menisco, el paciente puede apoyar el pie casi inmediatamente después de la intervención. Aunque se pueda apoyar es recomendable realizar reposo relativo durante una semana. Pasado este tiempo es cuando comenzaría la fase de recuperación de la rodilla, en la que el fisioterapeuta se centrará en ayudarle a trabajar la movilidad, funcionalidad y fuerza del menisco y del conjunto de la rodilla.

Con el seguimiento y la práctica de ejercicios y la acción de los masajes terapéuticos, el paciente con rotura parcial de menisco puede hacer vida normal trascurrido uno o dos meses después de la intervención.

Sin embargo en los casos de rotura completa el proceso de recuperación es más lento. Después de la operación el paciente no puede apoyar la pierna y debe permanecer al menos 3 semanas en reposo. En muchos de estos casos, se recomienda además no doblar más de 90º la rodilla. La limitación de movimientos en la zona resulta molesta y a veces complicada de mantener, pero es fundamental seguir las indicaciones de su médico y fisioterapeuta porque de lo contrario se puede producir una lesión que ralentice toda la recuperación.

Pasadas las tres primeras semanas comienza el periodo de rehabilitación fisioterapéutica. Se comenzará con pequeños ejercicios para recuperar la movilidad y flexibilidad de toda la zona afectada que además, después del periodo de reposo, estará más débil.

En esta fase los ejercicios suelen ser pasivos, en los que el fisioterapeuta le ayuda a mover y flexionar la rodilla. Poco a poco, los ejercicios se van intensificando y ampliando con la participación activa del paciente. Se realizarán ejercicios que fortalezcan los músculos de la rodilla y también de toda pierna y el pie, porque en muchos casos también se ve afectada la parte del equilibrio.

En el programa de fisioterapia de recuperación de una rotura de menisco también son muy importantes las sesiones de masajes. Con ellos se trabaja la buena circulación sanguínea, la flexibilidad, la eliminación del dolor a la vez que se prepara la zona para el trabajo activo.