Se acaba el verano, volvemos a la rutina y a ello se le suma volver al trabajo que puede ser para muchos un poco estresante, los atascos a la entrada de la ciudad, el llevar todo el trabajo al día, para los estudiantes horas sentados en la misma posición estudiando, horas al portátil con sufriendo de cuello y de la vista e incluso para personas mayores el hecho de pasar mucho tiempo sin moverse. Estos mecanismos pueden desencadenar la llamada Tortícolis que se conoce como un estado  de contracción involuntaria de la musculatura cervical que hace que el cuello quede inclinado hacia el hombro y sea doloroso moverlo.

La cervicalgia aguda que conocemos con los mismos síntomas puede cursar con una posible irradiación nerviosa y suele ir acompañada de un bloqueo a nivel cervical. El músculo más implicado es el conocido como Esternocleidomastoideo (ECOM) que se encuentra en la zona anterior y lateral del cuello y realiza la flexión, rotación  e inclinación de la cabeza, aunque también suelen verse afectados el Angular de la escápula, situado en la parte inferior de la nuca cuya función es estabilizar los movimientos laterales del cuello, rotador  y elevador de la escápula y los músculos escalenos, formados por tres pares de músculos a los lados del cuello, escaleno anterior, medio cuya función es elevar la primera costilla, inclinación lateral hacia el mismo lado y rotación del cuello hacia el lado contrario y el posterior que tiene como función elevar la segunda costilla e inclinar y rotar el cuello hacia el mismo lado.

La sintomatología de la llamada tortícolis es un dolor agudo e intenso con una incapacidad para poder mover la cabeza en todas sus direcciones, los músculos del cuello van a presentar rigidez y como consecuencia, una posición antálgica de la cabeza (posición que adopta el paciente para evitar el dolor).

Existen varios tipos, los más destacados son:

  1. Tortícolis Común producida por movimientos bruscos del cuello o malas posturas al dormir o utilizar una posición del cuello determinada en un tiempo prolongado, por ansiedad o estrés o por un latigazo cervical.
    1. Las técnicas que se utilizan en la fisioterapia para estos casos son, calor local (infrarrojos), inhibición de la musculatura del cuello y masoterapia (trapecios superiores, angulares de la escápula, escalenos, Ecom y trabajo suboccipital), movilizaciones pasivas y estiramientos principalmente, enseñando al paciente a realizar unos estiramientos suaves de cuello para ir ganando movilidad articular, como pueden ser, con una mano llevar la cabeza a inclinación, flexión y rotación homolateral y con el otro brazo bajar el hombro hacia el suelo o simplemente que el paciente realice los movimientos de inclinación, rotación, flexión y extensión de cuello suaves con trabajo respiratorio, en el que cogemos aire en posición y soltamos el aire realizando el movimiento o realizar una elevación de hombros como diciendo “no sé” cogiendo aire en posición neutra y soltando el aire relajando los hombros. No se debe forzar cada posición, se trata de movimientos lentos, suaves y rítmicos.
  2. Tortícolis congénita: se presenta al nacer, por una mala posición uterina durante el crecimiento o por una lesión en la musculatura del cuello o en el riego sanguíneo del cuello. Cuando se trata de una tortícolis congénita, lo que buscamos es estirar el músculo acortado y se realiza mediante estiramientos y posiciones pasivas mientras son bebés o niños pequeños, el resultado suele ser favorable siempre que se empiece el tratamiento posteriormente a los 3 meses de vida. La cirugía es una opción siempre que el tratamiento anterior no sea eficaz y se realizará en edad preescolar.
    1. Dentro de este último grupo podemos subdividirlo en Tortícolis muscular congénita que se caracteriza por una desviación de la cabeza, asociada a una asimetría facial y de cráneo y la Tortícolis del recién nacido o del niño, caracterizada por una tumefacción a nivel del tercio inferior del músculo ECOM que luego se reabsorbe progresivamente y suele estar asociado a una retracción del trapecio superior.
    2. En estos casos se realiza una fisioterapia muy específica en la que los padres colaboran para adecuar la postura del niño, tanto en casa como en la consulta.
    3. En la consulta, después de una observación detenida del paciente por parte del fisioterapeuta, se realizarán ejercicios suaves de corrección entre dos personas, una estabiliza la postura y la otra realiza los ejercicios de estiramiento para movilizar el cuello.
    4. En casa, los padres además de realizar los ejercicios que les ha enseñado el fisioterapeuta, los cuales repetirán 4 o 5 veces al día durante 15 min, observarán la postura al dormir del niño y la corregirán si fuera necesario, todo ello supervisado por el fisioterapeuta en sus sesiones las cuales suman una masoterapia muy suave junto a las movilizaciones y estiramientos necesarios.