Después de pasar por una intervención para el implante de una prótesis de rodilla es esencial cuidar todo el proceso de rehabilitación. Realizar este trabajo con la ayuda de un fisioterapeuta especializado puede acelerar en gran medida su tiempo de recuperación.

Las limitaciones de movilidad después de un implante de rodilla son bastante grandes, por eso, con nuestro servicio de atención a domicilio en Getafe, usted puede permanecer tranquilo en casa, ya que son nuestros fisioterapeutas los que se desplazan a su casa. Nuestro objetivo es que su recuperación sea lo más rápida y efectiva posible y sabemos que los traslados son una fuente de estrés para el paciente que influyen de manera negativa en su recuperación.

Para hacérselo más fácil y que se encuentre relajado somos nosotros los que acudimos a su casa con todo el material necesario para realizar las sesiones. De esta manera usted se encontrará más relajado y podrá concentrarse y participar de manera más activa en los ejercicios que le proponga su terapeuta.

Durante las primeras semanas sentirá la rodilla hinchada y más torpe, pero poco a poco y con la ayuda de los ejercicios irá ampliando la capacidad de movimiento, la fuerza y la flexibilidad de toda la rodilla.

Su fisioterapeuta le aconsejará una serie de tablas acorde de su caso. A continuación le describimos algunos de los ejercicios que le pueden recomendar:

  • Isométrico de cuádriceps. Tumbado en el suelo con los brazos a los lados del cuerpo contraiga el músculo del muslo y mantenga esta posición entre 5 y 10 segundos, después relájese y vuelva a la posición de partida. Haga este ejercicio unas 5 veces varias veces al día. Quizás le resulte más fácil si coloca una toalla enrollada debajo de la rodilla, de esta manera tendrá la sensación de que aplastará la toalla.
  • Potenciación vasto interno. Tumbado sobre una cama y con las piernas estiradas, contraiga el músculo del muslo y trate de levantar la pierna unos 20 centímetros. Aguante esa posición unos 10 segundos y descienda lentamente. Repita el proceso varias veces.
  • Flexión de la rodilla. Tumbado en el suelo y con la pierna estirada deslice el talón despacio hacia los glúteos tanto como pueda. Mantenga esa posición durante unos segundos y vuelva estirar poco a poco la pierna.
  • Flexión de la rodilla sin apoyo. Sentado en una silla y con la espalda bien recta deje las piernas colgando colocando una toalla bajo la rodilla, es decir, que quede más alta que la cadera. En esta posición eleve la pierna lo máximo posible hasta dejarla lo más recta posible. Mantenga esa posición unos minutos.