Disfrutar del embarazo y pasar los nueve meses de la mejor manera posible sin grandes dolores y molestias es el sueño de cualquier futura mamá. Por desgracia la realidad es a menudo más dura y hay que asumir molestias y dolores.

Sin embargo, no hay que resignarse sin más. La ayuda de profesionales de la fisioterapia puede resultar muy beneficiosa en estos momentos. En Fisiohogar Madrid contamos con profesionales especializados en tratamientos de fisioterapia ginecológica que pueden diseñar un tratamiento que se ajuste a tus necesidades.

Si quieres descubrir los beneficios de la fisioterapia durante el periodo de gestación y para el momento del parto no tienes más que llamarnos y uno de nuestros fisioterapeutas acudirá a tu casa. Allí recogerá información sobre tu estado de salud y actividades y rutinas. Con estos y otros datos podrá determinar qué tipo de ejercicios o movilizaciones fisioterapéuticas te pueden resultar beneficiosas.

En general, el tipo de tratamiento va cambiando según avanzan los meses y el crecimiento del feto provoca más cambios y, por extensión, problemas.

  • Durante los primeros meses la fisioterapia ginecológica ayuda preparando las partes del cuerpo que más van sufrir los cambios. Por ejemplo, se pueden realizar ejercicios para fortalecer la musculatura de la espalda, sobre todo de la zona lumbar. También se trabaja la zona de las piernas, los muslos y lso gemelos que con el aumento del peso soportarán más presión. Procurar la buena circulación sanguínea es otros de los objetivos de la fisioterapia ginecológica.
  • Cuando la gestación está avanzada los beneficios que te reportará el tratamiento fisioterapéutico están relacionados con la eliminación de dolores provocados por contracturas, sobrecargas musculares o problemas circulatorios, entre otros. En esta etapa también se realizan ejercicios de respiración que ayuden en el momento del parto.
  • Después del parto, la ayuda de la fisioterapia ginecológica es también muy importante. Es el momento de ayudar a tu cuerpo a recuperarse, de trabajar la musculatura de zonas, como la pélvica, que han soportado grandes esfuerzos y que hay que cuidar y vigilar para que, por ejemplo, no surjan problemas de incontinencia.