Seguro que en más de una ocasión has oído hablar de los vendajes funcionales y de los beneficios que estos pueden reportar para distintos casos. Y es así, pero es importante saber su funciones y en qué casos están recomendados.

En general el vendaje funcional es una inmovilización parcial, que como su nombre indica deja cierto grado de movilidad al miembro o parte del cuerpo tratado. Se suelen recomendar los vendajes funcionales en los casos que no revisten mucha gravedad porque resultan más positivos que las inmovilizaciones totales que pueden acarrear efectos secundarios y algunas dolencias.

En muchos casos de patologías de ligamentos, tendinosas y musculares se ponen este tipo de vendajes porque favorecen la rápida recuperación de la zona.

Doble vertiente

No obstante, al hablar de vendajes funcionales hay que tener en cuenta que se pueden usar con dos fines, terapéuticos y preventivos.

  • Vendaje funcional terapéutico. Se usa en las lesiones de carácter levo e moderado porque no causan los efectos secundarios que pueden provocar las inmovilizaciones totales. También se recurre a los vendajes funcionales como parte de los tratamientos considerados graves que han tenido inmovilidad total, es un paso medio entre la total inmovilidad y la libertad de movimientos. Por otro lado, se usa este tipo de vendaje permite colocar los tejidos de tal manera que se reduce la tensión de los tejidos.
  • Vendaje funcional preventivo. El uso preventivo de los vendajes funcionales consigue importantes beneficios. Con este fin se usa en los tratamiento de alguna dolencia crónica. También se emplean para favorecer el control de la estabilidad de un articulación y para evitar posiciones que puedan causar algún tipo de daños en zonas que están más flojas o débiles.

Aunque los beneficios de los vendajes funcionales son muchos, no se deben realizar de manera autónoma ni abusar de ellos. Siempre hay que usarlos siguiendo las recomendaciones de expertos.