En multitud de ocasiones los fisioterapeutas, nos vemos en la tesitura, de aconsejar a nuestros pacientes deportistas, el cese de su actividad deportiva de manera limitada, o incluso una parada total, con el fin de mejorar su patología.

En la mayoría de los casos son lesiones de índole muscular o con alguna ligera afectación articular, fundamentalmente debió a algún sobreesfuerzo, una mala progresión o seguir los consejos de algún “guru” de internet a pies juntillas, sin percatarse de que no existe la receta universal; en estos casos lo que mejor suele funcionar es reducir carga, es decir, reducir la intensidad y/o el tiempo de actividad con el fin de mantener el trofismo en las estructuras dañadas, pero sin continuar perjudicando.

Si la reducción de carga no funciona toca PARAR, cesar toda actividad deportiva o intensa donde participen de manera directa o indirecta las estructuras implicadas llegados a este punto es donde suelen aparecer la mayoría de los problemas y pegas por parte de los pacientes, también ocasionado por haber una cierta tendencia en la aparición de las lesiones cuando se están preparando para alguna prueba o desafío.

En multitud de ocasiones los fisioterapeutas tenemos que lidiar con pacientes con multitud de lesiones mal tratadas y maltratadas que originan un estado de frustración en los pacientes por no rendir totalmente aun sabiendo que poseen más potencial y no poder desarrollarlo por la aparición de dolor o por malos descansos debidos al propio dolor.

Dejar de hacer una actividad deportiva no es malo, solo incomodo, por perderse el estado de forma previo y tener que empezar prácticamente desde cero. Esta situación no significa abandonar, sino comenzar un periodo de regeneración total, sirva como ejemplo que a mediados de 2016 dos tenistas de elite como Roger Federer y Rafa Nadal, decidieron junto con sus equipos, parar totalmente y dejar de disputar torneos para recuperarse totalmente de sus problemas de espalda (Federer) y de rodillas (Nadal) para poder afrontar un 2017 donde se han repartido los cuatro grandes de la temporada, cuando ambos llevaban tres años jugando a un nivel muy inferior al potencial total que ambos poseen.

Parar de esta manera en un deportista de elite es un problema serio, fundamentalmente económico, ya que en muchos torneos se cobra por asistir y estar en el “Top Ten”, renunciar a jugar es perder ambas cosas y con ello un buen montón de dólares junto con el prestigio y la credibilidad.

La  mayoría de nuestros pacientes son deportistas amateur y solo en algunos casos, semiprofesionales, donde este incentivo económico brilla por su ausencia, por lo que si un fisioterapeuta aconseja parar, es bastante aconsejable hacerlo. Las pruebas, desafíos, competiciones y pachangas pueden aplazarse, pero solo tenemos un cuerpo para toda la vida y es muy importante a la par que muy agradable mantenerlo en perfectas condiciones.