La articulación temporomandibular es una de esas regiones corporales poco conocidas y en las que la fisioterapia tiene mucho que decir.

Poco a poco se van conociendo los múltiples usos de la fisioterapia por parte de la población y de los profesionales en general, pero sigue habiendo algunos campos donde no termina de saberse nuestra función a pesar de llevar mucho tiempo trabajando sobre ellos.

En este caso me gustaría hacer mención al trabajo de la Articulación TemporoMandibular (ATM). A lo que en lenguaje común nos podemos referir como mandíbula, boca, “con lo que masticamos” etc (para nosotros es una entidad más compleja y de ahí que compliquemos su nombre).

Es posible que muchos hayan acudido al fisioterapeuta por diversas cuestiones y se hayan encontrado a su fisio tratándole esta región, colocándose tal vez unos guantes para poder acceder a músculos desde el interior de la boca, nada más y nada menos. El terapeuta ha detectado por ti una disfunción en esa zona que puede estar ocasionando síntomas que parecen de otras zonas. Pero suele ser más raro que la gente acuda directamente porque siente que tiene un problema en esa región y sabe que un fisioterapeuta tal vez le puede ayudar.

Pues sí señores, podemos ayudar y bastante. Después de todo es una articulación, como cualquier otra. Tiene sus huesos, su cartílago, su menisco, sus músculos, ligamentos y cápsula. Podéis encontrar millones de datos al respecto en internet.

Se relaciona con múltiples problemas y se está llegando a hablar de que, entre un 40 y 75% de la población adulta en general, no diagnosticada con disfunción temporomandibular, tendría algún signo articular (ruido, alteraciones en los movimientos de mandíbula, etc).

Es una articulación compleja en sí misma y compleja por su importante relación con otros elementos como el cráneo, la cara, la región cervical, el hioides y a través de él el tórax, con el omóplato, etc, etc. Articulación a tener en cuenta en la búsqueda de la solución de diversos problemas.

articulación termporomandibular

Hueso de la mandíbula

Puede lesionarse por múltiples causas. Pero por ser práctica y, una vez presentada su importancia, sólo quiero mencionar signos que os puedan alertar de que algo puede estar funcionando mal en la región y deberíamos acudir a los profesionales necesarios. El trabajo muy posiblemente será multidisciplinar (aquí los odontólogos por supuesto son vitales).

Y algunos de estos signos a tener en cuenta son:

  1. Dolor dentario.
  2. Dolor local en la zona de la articulación temporomandibular.
  3. Cefalea o mareos.
  4. Ardor o sensaciones “extrañas” en la cara.
  5. Sensación de tensiones musculares o dolor al palpar.
  6. Ruidos articulares.
  7. Cambios en la amplitud y calidad del movimiento de la articulación (normalmente más observables en los movimientos de apertura y cierre de la boca). O sensación de mala oclusión. O incluso bloqueos.
  8. Sensación de fatiga al masticar.
  9. Ruidos en los oídos.
  10. Dolor en el cuello.

Conviene conocer estos datos para prevenir, para evitar males mayores y por supuesto hay circunstancias en las que el trabajo de fisioterapia pasa casi a ser fundamental (pero repito, siempre dentro del trabajo multidisciplinar). Dichas circunstancias pueden ser:

  • Bruxismo: aquí el trabajo de búsqueda de la relajación muscular resulta prácticamente imprescindible. Evitar que en este complejo cuerpo que es el nuestro, donde todo está asociado, las tensiones que tal vez se liberan en los dientes por una férula, puedan terminar provocando lesiones en zonas alejadas por poner un ejemplo.
  • Tras cirugías de la región: normalmente si son de duración más o menos larga, la posición que se ha mantenido suele ser generadora de tensiones, más aún cuando por la anestesia el cuerpo no nos podía alertar a través del dolor de que no teníamos una postura adecuada o que le estaban llegando pocos nutrientes a un músculo..
  • En caso de ortodoncia: la fisioterapia favorecerá que todo el “engranaje” se adapte en consonancia, pues un cambio en la región de los dientes necesariamente generará modificaciones más allá y podremos facilitar además que tras la retirada de la ortodoncia los cambios permanezcan como deseamos si hemos logrado que todo se haya ido adecuando a la nueva situación. Después del esfuerzo que supone una ortodoncia supongo que cualquiera querría que todo se mantenga a posteriori de la manera deseada.

Esto son cuatro pinceladas rápidas de un sistema complejo que requiere intervenciones acordes a su importancia.

No te olvides de tu articulación temporomandibular, no pienses que no podemos hacer nada por ti porque sólo nos dedicamos a las espaldas o las rodillas o los hombros. A la menor molestia en la región, consulta con los profesionales que te puedan ayudar.