Cuando se produce una lesión en el cuerpo, se dan lugar diversas reacciones para controlar la zona y evitar males mayores. Entre ellas están la liberación de sustancias inflamatorias y la de sustancias nociceptivas. La función de la inflamación está relacionada con el control del peligro potencial de la aparición de bacterias y virus, ya que en la inflamación hay agentes para luchar contra estos organismos. Mientras que las sustancias nociceptivas, que son las encargadas del dolor, se liberan para que el cerebro reciba una alerta sobre lo que ha pasado y pueda procesar las señales como considere oportuno. Por lo tanto en el momento de la lesión se puede intentar controlar la liberación de estas sustancias y así intentar que no haya tanto dolor e impotencia funcional. A lo largo de los años se han descrito varios protocolos de actuación para este primer momento.
El primero de ellos fue el RICE, que consiste en reposo (R), aplicación de hielo (I), compresión de la zona (C), y elevación (E). Este protocolo es antiguo, nos podemos dar cuenta porque le da importancia al reposo. Actualmente el reposo absoluto está contraindicado para la mayoría de patologías, muy pocas veces se prescribe. A día de hoy se aplica un reposo relativo, es decir, cuando ocurre una lesión hay que mantener el movimiento en la medida de lo posible.
La actualización de este protocolo llegó con el PRICE. En este protocol simplemente se añadía la protección (P) de la zona lesionada. Ya sea mediante vendajes con tape o elementos de protección externos (como pueden ser rodilleras, muñequeras, coderas…). Esta protección se añadió para que la zona lesionada no siga sufriendo y podamos seguir realizando actividades de la vida diaria de una forma más segura.
El protocolo más actual y el que se debería llevar a cabo es el POLICE. Cuyas siglas son el acrónimo, en inglés, de: protección (P), carga óptima (OL), hielo (I), compresión (C), y elevación (E). Veamos detalladamente a que se refiere cada apartado.
- Protección: se trata de poder tener una mayor seguridad y confianza respecto a la zona lesionada, para que a la hora de movernos no nos limite en exceso la lesión. Se llevará a cabo gracias a vendajes e instrumentos de protección externos. Esto tiene mucho que ver con el siguiente punto.
- Carga óptima: esta parte está relacionada con la R de los otros dos protocolos, siendo su sustituta en el actual protocolo. Está visto que una movilización temprana ayuda a la recuperación y evita muchas complicaciones posteriores. Por lo tanto se trata de hacer una carga de trabajo que la zona lesionada pueda soportar. Para este punto es bueno ponerse en contacto con un fisioterapeuta ya que son los profesionales que mejor pueden dar una mejor indicación en este aspecto. En este punto se contempla por ejemplo el uso de muletas tras un esguince o el reposo relativo necesario.
- Hielo: está demostrado que el uso de hielo en las primeras 72 horas en ciclos no mayores a 10 minutos, para no provocar efectos adversos, ayuda a controlar la inflamación. Esto nos beneficia ya que muchas de las sustancias que están presentes en la inflamación son nociceptivas, es decir, provocan dolor. Es importante no aplicar el hielo directamente sobre la zona lesionada para evitar quemaduras en la piel, colocando siempre un trato o algo similar envolviendo el hielo
- Compresión: mediante la aplicación de un vendaje de compresión o ropa comprensiva, se trata de facilitar el retorno venoso y limitar la inflamación. Esto siempre debe hacerse siguiendo las instrucción de un profesional para evitar cualquier tipo de efecto secundaria. Se trata de ayudar a controlar la hinchazón y ayudar al sistema linfático a llevarse los desechos que quedan en la zona de la lesión.
- Elevación: al elevar la zona lesionada ayudamos al retorno venoso y a la circulación linfática (la circulación que se encarga de eliminar los desechos y reducir la inflamación). Esto está pensado principalmente para cuando la lesión ocurre en una de las extremidades. Por lo tanto también va a ayudar combatir la inflamación y la hinchazón.
Estos protocolos, así como el uso de medicamentos para el control del dolor y la inflamación, como el ibuprofeno, nos ayudan a poder controlar la situación en un primer momento. Pero siempre es recomendable acudir a un profesional para conocer el alcance de la lesión y empezar con el tratamiento en el caso de que fuera necesario. Por lo tanto ante una lesión, lo primero es valorar si es una emergencia o urgencia, y en el caso de que sea así, acudir al centro más cercano, y aplicar el protocolo POLICE desde el primer momento posible hasta que el profesional lo valore y paute un tratamiento.
Bibliografía
Infografía cortesía de @fisioterapianet www.lafisioterapia.net
Colegiado 12509
Graduado en Fisioterapia por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.