En esta ocasión nuestro compañero Pablo nos menciona que hay pacientes relativamente jóvenes que no terminan de recuperarse de sus síntomas relacionados con la COVID.

Como vimos en un artículo anterior, la media de edad de quienes padecen de COVID persistente se sitúa en los 43 años, y además suelen ser mayoritariamente mujeres. Con el paso de los meses parece que la medida de edad se está reduciendo.

En estos caos la fisioterapia puede ayudar para que esa evolución se complete de manera más rápida, teniendo siempre a un profesional que le va a estar orientando y que le va a enseñar cómo realizar ejercicios que el propio paciente podrá practicar, no solo durante las sesiones de fisioterapia.

Esta implicación del paciente en su propia recuperación logra los mejores resultados, siempre en un plazo más breve de tiempo.