Los síntomas propios de el COVID persistente pueden conducir a situaciones en las que solo apetezca quedarse en casa. El cansancio, el dolor de cabeza, la depresión que puede estar asociada, los dolores musculares o las palpitaciones y mareos, no suelen ser una ayuda para desplazarse a una clínica de fisioterapia, aguardar el momento en el que nos toque nuestra sesión, y después regresar de nuevo a casa.
Si pudiéramos suprimir el proceso de traslado, el tiempo y el esfuerzo que lleva asociado, y nos quedásemos tan solo lo que de verdad interesa, es decir, con las sesiones de fisioterapia, sin ninguna duda que para cualquier paciente con COVID persistente, resultaría mucho más atractivo recurrir a la fisioterapia.
Esto es lo que hacemos en Fisiohogar. Le llevamos las sesiones de fisioterapia a su domicilio, pues no es usted, sino el fisioterapeuta quien se desplazará.
De esta manera conseguimos que la terapia no la asocie con ningún tipo de incomodidad, al contrario, pues desde casa empezará a descubrir los progresos en su recuperación, así, de la manera más cómoda.