¿QUÉ ES EL EDEMA ÓSEO?

El edema óseo es un proceso inflamatorio que tiene lugar en el interior del hueso, normalmente a causa de un traumatismo o por sobrecarga.

Esta lesión es complicada ya que no se aprecia en una radiografía convencional, sino que solo se puede valorar con una resonancia magnética y muchas veces se pasa por alto.

En traumatismos se asocia normalmente a otras lesiones, como esguinces o contusiones, que son tratadas de forma aislada si no se conoce la existencia del edema óseo. Normalmente si la recuperación se enlentece más allá de los plazos normales es cuando se piensa en la existencia de este tipo de lesión.

 

Se acompaña de manera habitual de derrame articular, es decir, de una inflamación visible de articulación afectada. Además de dolor,  limitación de la movilidad o enrojecimiento.

Inflamación en la articulación

¿En qué condiciona el tratamiento de fisioterapia la presencia de un edema óseo?

El reposo es clave en las primeras fases de la recuperación ante la presencia de un edema óseo, pero este no debe ser absoluto. Las primeras semanas conviene parar o disminuir  la práctica deportiva, pero poco a poco hay que empezar a trabajar la musculatura de la zona afectada para favorecer la circulación y la evacuación del edema así como para evitar la atrofia.

Si es posible conviene empezar la recuperación con ejercicios en piscina y bicicleta donde el impacto en el hueso es menor.

Además la fisioterapia, mediante las diferentes técnicas de terapia manual, puede ayudar a mitigar el dolor, disminuir la inflamación y mejorar la movilidad articular. Es importante también el tratamiento de las lesiones coexistentes con el edema óseo, como pueden ser distensiones, esguinces, etc.

La reabsorción completa de un edema óseo puede durar meses pero, con el tratamiento adecuado se puede facilitar el proceso y acelerar la vuelta a la actividad deportiva.

Si tiene cualquier duda respecto a esta lesión no dude en consultarnos.