El manguito de los rotadores está compuesto por cuatro tendones de cuatro músculos (supraespinoso, subescapular, redondo menor e infraespinoso). Estos músculos tienen como objetivo estabilizar y movilizar la articulación del hombro. Deben procurar que el movimiento sea coordinado y estable.

 

 

Normalmente el tendón que más se lesiona es el del músculo supraespinoso. Su función es la elevación lateral del brazo hasta unos 20 o 30º. A partir de ahí el deltoides es el que continúa el resto de la elevación lateral. Puede lesionarse en actividades repetitivas  y normalmente en actividades que requieran una elevación lateral del brazo de 90º o más, pero hay actividades que no elevan el brazo tanto, que también lesionan este tendón como por ejemplo trabajos de oficina delante del ordenador sobre todo el brazo del ratón o trabajos de limpieza donde el brazo (también el dominante) tiene que hacer movimientos repetitivos y en tensión. Otro ámbito donde se lesiona es en el deporte, si nos pasamos cogiendo pesas o hacemos un deporte de lanzamiento con el brazo tendremos posibilidades de encontrarnos con esta lesión.

Hay una gran prevalencia de esta patología en mujeres alrededor de los cincuenta años que no han hecho previamente una actividad que haya podido derivar en esta lesión. Parece ser, aunque no hay demostración científica, que las hormonas femeninas o la falta de ellas, juega un papel importante. Es más difícil la recuperación puesto que al no ser un mecanismo lesivo que puedan evitar, la recuperación depende del tiempo que sus desajustes duren.

Síntomas

Suele doler toda la zona lateral de la parte superior del brazo, en la zona del deltoides que por cierto será un músculo que siempre estará sobrecargado porque tendrá que ayudar en exceso al supraespinoso que estará débil y dolorido. Uno de los momentos en el cual duele más es en la cama. Los dolores nocturnos suelen ser inflamatorios por lo que antes de ir a dormir al paciente se le recomienda una crema antiinflamatoria y cinco minutos de hielo.

Tratamiento

El tiempo de tratamiento depende entre otras cosas del tiempo que lleve cada paciente con su dolencia. Si no tardan en acudir al fisio ni una semana desde que empiezan las molestias, suele ir rápido y en pocas sesiones conseguimos una recuperación completa. El problema viene cuando la patología se ha cronificado en el tiempo o en personas que no pueden dejar de hacer el mismo mecanismo lesivo, como por ejemplo los pacientes que se han lesionado por un mecanismo lesivo en el trabajo pero no pueden dejar de trabajar.

El objetivo del tratamiento es recuperar la funcionalidad y evitar el dolor. Habrá que realizar una adaptación de la carga, un tratamiento analgésico que se puede realizar con masoterapia, electroterapia y otras técnicas, para pasar rápidamente a normalizar la musculatura de la zona, trabajar la fuerza y el movimiento con los ejercicios adecuados y adaptados a las condiciones de cada paciente.

El fisioterapeuta podrá realizar una valoración más completa del tipo de dolor del paciente y aconsejar el trabajo que mejores resultados vaya a proporcionar.