Millones de personas en todo el mundo sufren en la actualidad la enfermedad de Alzheimer, una patología de carácter degenerativo y que se identifica por ser la forma más común que existe de demencia. Personas mayores de 60-65 años son fundamentalmente quienes se ven afectadas por la misma, que se manifiesta, sobre todo, a través de lo que es una pérdida clara y progresiva de la memoria.

Actualmente no existe tratamiento que la cure ni la prevenga. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que hay distintas herramientas para frenar el avance de sus síntomas y para conseguir que sus pacientes puedan sobrellevarla de la mejor manera posible. Precisamente entre todas esas herramientas se encuentra, por ejemplo, la fisioterapia.

La enfermedad y sus fases

Enfermedad de Alzheimer

Enfermedad de Alzheimer

Es importante saber que para que los expertos en la citada rama sanitaria procedan a establecer las sesiones con sus pacientes deben analizar en qué fase se encuentra la enfermedad. En concreto, esta cuenta con tres etapas claramente delimitadas:

Fase inicial. Como su propio nombre indica, es el momento más temprano de la patología, lo que supone que el mayor pueda valerse por sí mismo ya que los síntomas que experimenta aún son mínimos. No obstante, esas señales son evidentes, pues puede desde encontrarse desorientado en ocasiones hasta olvidarse de algunas cosas pasando incluso por presentar alguna dificultad para realizar movimientos habituales.

Fase intermedia. En esta segunda etapa, nos encontramos con el hecho de que el enfermo de Alzheimer ya va a comenzar a necesitar ayuda para realizar tareas del día a día, como vestirse, y también contará con importantes lagunas a nivel de memoria. Se trata de la fase más duradera de toda la patología y experimentará otros síntomas tales como algunas dificultades para hablar, sensación constante de fatiga y cambios en su humor.

Fase avanzada. También responde al nombre de fase terminal y, como es de imaginar, es la más dura de todas, tanto para el propio afectado como para sus seres queridos. Y es que durante la misma, el enfermo necesita ayuda para todo, es decir, es totalmente dependiente. Además, no se puede comunicar y tampoco reacciona ante ningún estímulo. A nivel físico, manifiesta una clara rigidez muscular e incluso malas posturas corporales.

El tratamiento de fisioterapia en casos de Alzheimer

Tratamiento en base a la fase de Alzheimer

Tratamiento en base a la fase de Alzheimer

Como hemos mencionado, cuando el fisioterapeuta recibe la visita de un paciente con esta enfermedad, lo primero que debe conocer es en qué fase de la misma se encuentra, ya que según esa necesitará trabajar unos aspectos u otros. En concreto, en base a eso el tratamiento girará en torno a unos pilares o a otros:

-En lo que es la fase inicial, la misión fundamental de dicho profesional sanitario es que el enfermo potencie su musculatura, su movilidad e incluso su capacidad de marcha, al tiempo que mantenga en el mejor estado posible lo que son sus capacidades físicas, es decir, su autonomía.

-Si el paciente se encuentra ya en la etapa intermedia, el fisioterapeuta establecerá un tratamiento centrado, sobre todo, en mejorar la postura de aquel, en lograr que sus articulaciones tengan la mayor movilidad posible, en reducir a la mínima expresión lo que son los dolores que pueda sentir y también en mejorar y mantener en el mejor estado lo que es su capacidad de coordinación.

-Cuando se trata de personas con Alzheimer en la última fase la fisioterapia apostará por conseguir que acometan cambios posturales para evitar la aparición de úlceras. Asimismo el experto en cuestión focalizará su actividad en masajear al paciente en pro de mejorar su circulación y mantener la turgencia de lo que son sus tejidos.

Ejercicios básicos en cada fase de la enfermedad

Ejercicios básicos para el Alzheimer en la fisioterapia

Ejercicios básicos para el Alzheimer en la fisioterapia

Teniendo en cuenta que en cada etapa de la patología, la fisioterapia se centrará en alcanzar unos objetivos, es lógico que para ello se realicen unos y otros ejercicios. Así, en concreto, entre los básicos para cada etapa hay que destacar los siguientes:

Fase inicial. En este momento, el experto el profesional sanitario apostará porque el enfermo de Alzheimer acometa actividades con pesas para mejorar la musculatura, circuitos con aros para potenciar su deambulación, ejercicios sencillos para potenciar las extremidades superiores y la columna vertebral e incluso actividades en materia de fisioterapia respiratoria.

Fase intermedia. Llegado este punto de la enfermedad, lo habitual es que las sesiones de fisioterapia se centren en acometer ejercicios que movilicen las articulaciones, en actividades flexibilizantes de la columna, en suaves abdominales para que fortalezcan el abdomen en pro de mejorar la postura y el equilibrio, en estiramientos…Y todo eso sin olvidar tampoco lo que son ejercicios para lograr que la respiración sea la idónea.

Fase avanzada. Teniendo en cuenta los síntomas que experimentan los pacientes en esta última etapa de la patología, es necesario, dentro de lo que aquellos se lo permitan, el realizar ejercicios que puedan mantener en el mejor estado posible su calidad de vida. Por eso, como hemos mencionado anteriormente, la principal labor del fisioterapeuta será evitar que se les puedan producir úlceras, que tengan problemas con trombos o que determinadas zonas óseas y articulares sufran daños irreparables.

Beneficios de la fisioterapia en el Alzheimer

Numerosos beneficios de la fisioterapia en casos de Alzheimer

Numerosos beneficios de la fisioterapia en casos de Alzheimer

Teniendo en cuenta todo lo que hemos matizado hasta el momento, viene a quedar perfectamente claro que la fisioterapia se convierte en una disciplina fundamental para las personas que sufren Alzheimer. Y es que, en cada fase de la enfermedad, les permitirá llevarla lo mejor posible, manteniendo una calidad de vida óptima y, en la medida que se pueda, conseguir retrasar el avance de la misma.

No obstante, en líneas generales y para poder entender claramente qué beneficios trae consigo podemos resumirlos en los siguientes:

-La fisioterapia consigue que en el enfermo pueda mantener el mayor tiempo posible lo que son sus habilidades motoras, lo que permitirá que pueda alargar al máximo la fase en la que goza de autonomía e independencia.

-El hecho de que permita que la persona en cuestión mantenga y fortalezca tanto el equilibrio como la coordinación son de gran ayuda a la hora de conseguir que la misma pueda andar y mantenerse en pie por sí solo. Esto supone, además, que se reduzcan notablemente las posibilidades de que pueda sufrir caídas que le ocasionen severas consecuencias físicas.

-Por supuesto, contribuye a que el enfermo de Alzheimer pueda disminuir los dolores que sufre como consecuencia de los síntomas que van apareciendo con el avance de la patología.

-Le ayuda, de igual modo, a que pueda hacerle frente al estreñinimiento y también a reducir los riesgos de padecer severos problemas respiratorios.

-Ni que decir tiene que, sobre todo, en las dos primeras fases de la patología, la fisioterapia es un recurso estupendo a la hora de lograr que el paciente mantenga su buen estado de ánimo. Y es que le ayudará no sólo a salir de casa y a socializarse sino a conservar lo mejor posible sus habilidades y capacidades, por lo que le mejorará la autoestima el hecho de que no tenga que depender para todo de alguien.

-En el caso de enfermos en la última etapa se convierte en una herramienta indispensable para poder evitar que tengan que hacerle frente a úlceras y situaciones similares como consecuencia del tiempo que pasan encamados.

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