Nos vienen muchos pacientes con patologías tipo tendinitis o sobrecargas en miembros inferiores que provienen de una mala pisada. De ahí nuestra obligación de derivar al paciente en caso necesario al podólogo. Igualmente debemos explicarle que es necesario que vaya a un especialista que haga un buen estudio estático y dinámico de la pisada puesto que muchos pacientes acuden a una ortopedia donde les venden una plantilla para pronadores o supinadores pero eso es muy general y cuando una mala pisada provoca patología es imprescindible unas plantillas especiales y personales para cada persona, puesto que las pisadas son muy particulares.

¿Cuándo derivar?

Es importante saber para el fisioterapeuta cuando derivar al podólogo porque no es lo mismo por ejemplo que acuda a consulta un corredor de maratón que después de una maratón tenga una tendinitis por ejemplo del tibial posterior, nosotros en las sesiones que haga falta la solucionemos y punto, que un corredor que cada vez que entrena o compite venga con la misma tendinitis o la misma sobrecarga una y otra vez. Y que por mucho que cure, vuelva a repetirse.

Este segundo supuesto es el que debemos derivar ya que es muy probable que la tendinitis o sobrecarga sea por una mala pisada.

Hay que destacar que un porcentaje altísimo de la población no tiene una pisada perfecta por no decir el cien por cien pero eso no quiere decir que todo el mundo deba hacerse plantillas

¿Cuándo no derivar?

Sería un error derivar a una persona al podólogo que no tiene ninguna molestia producida por la mala pisada puesto que su cuerpo lo normal es que se haya adaptado a esa forma de pisar y es muy probable que si le cambiamos la pisada pueda desadaptarse y empezar con las molestias. Cuando alguien tiene patología con un origen en la pisada es porque su cuerpo no puede adaptarse a ello.

Por supuesto esto no atañe a los niños. En los niños en edad de crecimiento si es muy importante hacer un estudio de la pisada y ponerles plantillas si es necesario aunque no tenga dolor porque la pisada va a determinar si crecen equilibrados o con desequilibrios. Por ejemplo, un pie valgo o plano hará que las rodillas crezcan con rotación interna y valgas (en “x”, metidas para dentro) y eso de mayores si no hay una buena adaptación podría provocar patologías del tipo de sobrecarga o incluso desgaste en las rodillas u otras articulaciones.

Como dijo Charles Dickens Si usted pudiera ver mis pies cuando no llevo botas, se haría una idea de lo que es cariño no correspondido.”